¿Cómo es el hombre Tauro en el Amor?
Imperturbable en apariencia, y mucho más sensible de lo que podríamos imaginar (sobre todo al tacto)
Cuando se piensa en el hombre Tauro en el amor no suele venir la idea de alguien especialmente pasional, ya que los signos nacidos bajo el elemento tierra no se caracterizan precisamente por su espíritu arriesgado e impetuoso.
Sin embargo, hay muchas otras virtudes que sí que hacen de él una persona con la que desearía formarse una pareja.
¿Cómo es el hombre Tauro en el Amor?
En nivel de fidelidad, es uno de los signos más leales de todo el zodiaco, y si encuentra a la persona con la que poder mostrarse sin temor tal cual es, algo que no sucede fácilmente ni con cualquiera, el hombre Tauro en el amor podría llegar a apostar por establecer una relación de largo recorrido, ya que siente que es correspondido en su forma de sentir.
Sin embargo, si llegado ese punto en que tanto él como su pareja perciben la confianza suficiente como para compartir todos los aspectos de su personalidad y su mundo interior creado, por mucho que le caracterice una paciencia infinita, no conviene extralimitarse y abusar de su gran bondad, pues por complicado que llegara a ser verlo enfadarse no sería imposible. Y si le dan motivos, mejor no cruzarse con él.
Las relaciones de pareja del hombre Tauro
Pensemos que los nacidos bajo este signo de tierra son personas apacibles que construyen su vida basada en una existencia tranquila y cuidadosamente creada.
Por lo tanto, es fácil imaginar que rechazan los conflictos, y para ellos una relación basada en las disputas carecería de suficiente compensación para él como para mantenerla a lo largo del tiempo.
Con lo cual no sería capaz de mantener una relación con alguien que no fuera lo suficientemente parecida en ese sentido a él, o que sin serlo en ese sentido al menos sí que fueran compatibles.
Por esa razón, el hombre Tauro en el amor preferiría tener junto a sí mismo una mujer con una forma de ser más sencilla pero más estable que otra más apasionada y a la vez demasiado temperamental.
De la misma manera que podemos encontrarlo cariñoso y afectuoso, también hemos de decir que puede llegar a ser de lo más celoso e incluso también realmente posesivo; sencillamente, en su forma un tanto rígida de comprender las relaciones, el hombre Tauro en el amor se deja llevar por ese sentido de pertenencia que siente en algunas ocasiones y resultar un tanto acaparador con su pareja.
Sin embargo, ha de comprender que, para que funcione dicha relación, es preciso mantener bien protegida la parcela más personal de cada uno.
Las preferencias del hombre Tauro en el amor y el sexo
Al igual que antes decíamos que no eran precisamente de los signos más apasionados, también hay que decir que sí son de lo más sensoriales, y resulta increíblemente sensible el tacto.
Así que, ¿quién no cree que podría despertar en este hombre suficiente deseo sexual como para sacar su lado más salvaje? Porque el hombre Tauro en el amor también lo tiene.
Sin embargo, es importante no tener la idea de que el nacido bajo este signo tenga un gran ímpetu en la cama ni vayan a promover encuentros excesivamente impetuosos, ardientes e insaciables.
No, puede ser capaz de responder a las caricias y mimos, sin duda, pero puesto que tienden a esa calma sin sobresaltos, no tardarán en buscar y encontrar ese punto de equilibrio, donde el sexo más vivo de la relación pase rápidamente a unos niveles bastante más escasos conforme la relación siga su curso.
Lo importante es que la elegida por el hombre Tauro en el amor y en el sexo sea tan afín a su ritmo como a su deseo, ya que unas desigualdades muy acusadas en estos aspectos entre ambos acabaría por destruir el vínculo de la pareja.
Pero con lo cauto que puede llegar a ser el nativo de este signo a la hora de dar el paso de escoger a quién él querría que fuera su pareja, podemos tener más que seguro que no se dejará llevar por un impulso y decantarse por la primera mujer que despierte en él las emociones y deseos más intensos.
Se tomará su tiempo, no le quepa a nadie la menor duda de ello, porque antes de dar un paso lo piensa y lo repiensa las veces que hagan falta, y si además, en ese sentido, se trata de elegir a la persona a la que le ofrezca un lugar en su corazón, tardará, pero acertará con su apuesta.
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