Las tres posturas del Kamasutra en la cama si eres Tauro
Descubre qué es lo que les gusta y cuáles son sus posturas favoritas
Si vas a mantener relaciones sexuales con un Tauro, cuidado: Nada de frivolidades ni excentricidades, y olvídate del sexo salvaje. Un Tauro, lo que necesita por encima de todo, es seguridad y comunicación.
En la medida que en la que un taurino se sienta seguro, protegido y relajado y en plena comunicación con su amante, podrá abordar todos los aspectos del acto sexual hasta llegar al clímax. Veamos cómo de especiales son los nativos de este signo y cuáles son las mejores posturas para Tauro.
¿Cómo es Tauro en la cama?
Contra lo que se pueda pensar, Tauro no es aburrido en la cama, se pueden tener relaciones muy especiales y placenteras con un taurino, pero necesita de unos ingredientes muy específicos. Ante todo, la pareja de Tauro debe ser paciente y empática, saber en cada momento lo que necesita la otra persona para sentirse cómodo y a gusto.
El secreto para poner a un Tauro a cien en cero coma es el tacto. Los nativos de este signo son extremadamente sensibles en el sentido del tacto, y por ello necesita imperiosamente el contacto físico, tocar y ser tocado.
Los preliminares son, por lo tanto, una de las fases ineludibles para ellos. Cuando un Tauro se siente verdaderamente atraído y atrayente, empieza una fase de (podríamos llamarlo) "reconocimiento táctil" en el que conecta con la otra persona a través de tocamientos y roces de la piel. Luego viene la estimulación genital, tanto oralmente como con las manos, y finalmente la penetración.
Una vez iniciado el acto sexual, es importante para un Tauro sentir que ninguna de las partes domina a la otra y que todo lo que se hace es con el consentimiento explícito de ambos.
La seguridad y la protección son lo más importante, por lo que buscará con la mirada continuamente a su pareja y necesitará incluso conexión verbal (decirse cosas al oído, o simplemente conectar con gemidos). Por eso quién mejor conoce a un Tauro, es otro Tauro: la conexión sexual entre dos Taurino está llena de erotismo, romanticismo y sensualidad.
En un principio, Tauro es tradicional, por lo que buscará posturas y prácticas sexuales canónicas, pero también valoran la sinceridad y la honestidad, y son generosos, así que con confianza puedes ir exponiéndole tus necesidades y tus fantasías.
Las 3 mejores posturas en la cama para Tauro
Hemos visto las características de los nativos de este signo en la cama, veamos ahora cuáles son las mejores posturas en la cama para un Tauro.
1. El molde
Es una de las posturas más clásicas y permite mantener relaciones sexuales a un nivel muy íntimo con el tacto como protagonista. Por eso está entre las mejores posturas sexuales de Tauro, y en esta situación se puede llegar al orgasmo con mucho placer en plena conexión con un taurino.
Esta posición se conoce popularmente como "La cucharita" y hace sentir a la mujer en una situación de protección, pues está cubierta por el cuerpo de su amante, y al hombre como protector pero sin una relación de dominio.
La práctica, además, es muy sencilla y no requiere ni de elasticidad, ni de equilibrio, ni de ningún otro tipo de frivolidad por parte de los dos. Bastará con que la mujer se tumbe de lado y junte y doble las piernas, como en posición fetal. El hombre, a sus espaldas, adoptará la misma posición abrazándola mientras inicia la penetración.
Por eso, la clave para alcanzar el clímax en esta posición son precisamente los brazos: mientras la penetra suavemente, el hombre puede acariciar su pelo, tocar su cuello, acariciar sus pechos, incluso estimular su clítoris.
Buscar las zonas erógenas mientras besa la espalda o el cuello, o le habla al oído, será ideal para encontrar la conexión y llegar al orgasmo.
2. El misionero
La postura tradicional por excelencia es perfecta para los nativos de este signo. Por muy simple y tradicional que pueda parecer, un Tauro sabrá sacarle partido de la mejor forma porque le aporta varias ventajas a su personalidad.
Lo más importante es que la posición del misionero le permite una conexión directa con la otra persona. Pocas posturas sexuales son tan sinceras, honestas y cercanas como esta, en la que ambos se miran frente a frente.
Poco hay que descubrir sobre la práctica del misionero: La mujer se tumba boca arriba y el hombre, encima de ella, la penetra y hacen el amor, ya sea abrazados, o con el hombre apoyándose sobre sus brazos. Durante el acto sexual, por lo tanto, hombre y mujer están frente a frente, mirándose continuamente.
Además de la seguridad y la comodidad que le proporciona el misionero, a Tauro le encanta hacer el amor de esta manera porque tiene las manos libres para acariciar sus senos, acariciar su pelo, agarrar su cadera, o simplemente fundirse en un abrazo.
Lo mismo para ella, que tiene sus manos para acariciar su espalda o agarrar su trasero. También permite algo que le encanta a un taurino: besar a su pareja durante la penetración.
En un momento dado, además, el hombre puede incorporar a la mujer hasta quedarse ambos sentados, uno en frente del otro, y seguir haciendo el amor en esta posición.
3. El "69"
Vamos con una de sexo oral. Cuando Tauro ha alcanzado la plena confianza con su amante, es muy dado a las fases preliminares, que le permiten un conocimiento total del cuerpo de la otra persona. Tauro es muy amante de la masturbación y el sexo oral, como antesala de la penetración.
Dentro de la enorme variedad que ofrece el sexo oral, la que más se ajusta a las necesidades de Tauro es el llamado "69", en el que el hombre se tumba de boca arriba y la mujer se tumba encima suyo al revés, de modo que los genitales de él quedan a la altura de su boca, y viceversa.
De este modo, Tauro se siente seguro, en una postura tradicional, de las más populares en este sentido, y deja las manos libres a ambos para masturbar además de acompañar con el sexo oral.
Pero Tauro no se limitará a esto, sino que tocará y acariciará todas las partes del cuerpo mientras estimula los genitales con la boca. Él puede acariciar las piernas, el trasero, incluso la espalda de ella, mientras ella acaricia sus testículos y los muslos con una dosis mesurada de pasión y erotismo.
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