El sexto sentido: qué es y cómo desarrollar tu intuición en 3 pasos
Descubre qué es lo que se conoce como sexto sentido, esa capacidad para recibir información más allá de la vista, el tacto, el gusto, el oído o el olfato, y cómo entrenarlo
Seguro que alguna vez has oído hablar del sexto sentido, a pesar de que en la escuela nos dijeron que solo tenemos cinco: la vista, el gusto, el olfato, el tacto, y el oído. Los sentidos tradicionales nos permiten percibir estímulos externos mediante determinados órganos del cuerpo como la lengua, los ojos o las manos. Sin embargo, al hablar del sexto sentido nos referimos a algo en lo que ya nos metemos en el mundo de la parapsicología, pues percibimos esos estímulos más allá de los sentidos tradicionales, como si pudiésemos intuir lo que va a pasar.
Qué es el sexto sentido y cuándo se suele desarrollar
El sexto sentido se suele desarrollar, como tantas experiencias en la parapsicología, de manera inesperada y sin control. Cuando una persona está durmiendo, o realizando cualquier otra tarea, surge como un fogonazo.
Una imagen de lo más nítida, o un sonido que se intercala por un segundo entre nuestros pensamientos. Como si fuese algo ajeno, una carta que nos acaban de dejar de manera súbita en nuestro buzón y que hemos leído en una milésima de segundo.
A veces, ese sexto sentido no se desarrolla con la imagen que acabamos de explicar, sino como una percepción intuitiva. De manera espontánea, un individuo tiene un especial convencimiento, un conocimiento repentino de un suceso en cuestión. En general, esto sucede cuando el sujeto está en un entorno alejado de aquel en el que se ha desarrollado el suceso, cuya información acaba de recibir (o percibir, quizá sería mejor término).
Esto provoca que las personas que están a su alrededor difícilmente crean su percepción extrasensorial, ya que no habría manera para que lo pudiera saber (por ejemplo, que se acaba de producir un accidente, o que en breve sucederá una tragedia).Un ejemplo habitual en este sentido es cómo el hundimiento del barco Titanic se predijo 14 años antes, y el suceso quedó recogido en el libro 'El hundimiento del TItán', que aportaba datos asombrosos sobre lo que ocurrió después.
¿Qué se puede considerar un sexto sentido?
El sexto sentido levanta ampoyas entre los investigadores, pues algunos gritan que es una estafa de la parapsicología, mientras que otros evidencian su existencia. El pensamiento cartesiano a menudo nos empuja a considerar que lo que no está probado no es cierto, y nos centramos en los hechos que se pueden observar por el olfato, el gusto, el tacto, el oído, la vista. Y dejamos a un lado todo lo que se puede percibir a través de la dimensión espiritual.
De ahí que el sexto sentido a veces se considera mágico, esotérico, no cuantificable. Sin embargo, también hay quien apunta que la intuición es una forma de procesamiento rápido de información que se desarrolla a través de la práctica y la atención.
Así, podríamos, por ejemplo, calificar la telepatía como un sexto sentido. Entendemos como telepatía la capacidad de comunicarnos con la mente con otra persona, que puede estar cerca o no. No se trata de una comunicación no verbal, por señas ni nada parecido, sino hablar por el más mero pensamiento, como si los dos cerebros estuviesen conectados entre sí por un hilo invisible.
También la clarividencia es una forma de tener un sexto sentido. Como clarividencia hacemos referencia a una percepción visual que van más allá de nuestros ojos, de nuestra visión tradicional, y que puede llevarnos a ver lo que sucedió en el mismo lugar en el que nos encontramos tiempo atrás, o lo que pasa (o pasó) en otros enclaves más lejanos.
Muchas personas pueden desarrollar su clarividencia, su sexto sentido, al entrar en contacto con algún objeto del pasado, o perteneciente a la persona de la que desean saber. Otros pueden hacer uso de herramientas como el péndulo, la bola de cristal, las cartas del tarot… En este caso, hablaríamos de psicoquinesis, es decir, de la influencia de la mente sobre la materia.
Entre los estudiosos que profundizaron en la parapsicología y el sexto sentido, destaca el nombre del doctor. Joseph Banks Rhine, nacido a finales del siglo XIX. Joseph Banks Rhine fundó el laboratorio de parapsicología en la Universidad de Duke, la revista sobre parapsicología Journal of Parapsychology y la Foundation for Research on the Nature of Man, lo que permitió dignificar la parapsicología como método de estudio alejado de la brujería y otras creencias mágicas, centrándose en el poder de la mente humana, sin más.
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Cómo desarrollar el sexto sentido en 3 pasos
Se dice que el sexto sentido es universal e innato, pero ser consciente de lo que se nos está comunicando requiere práctica y entrenamiento, el cual se puede llevar a cabo de muchas maneras. A continuación, explicaremos los tres pasos ideales que se deben llevar a cabo para que tu percepción extrasensorial salga a la luz.
1. Ponte en contacto contigo mismo
Vivimos en una sociedad en la que somos constantemente requeridos a través del correo electrónico, el teléfono móvil, ¡hasta las videoconsolas nos pueden enviar mensajes! Y esto nos aleja de nuestra propia esencia personal.
Así pues, para entrenar tu percepción, procura realizar pausas meditativas e introspectivas. Relájate y respira, busca cómo estimular tu guía interior, cómo escuchar tu verdad, esa que a veces no oyes.
Es necesario que dominemos nuestros límites, y aprendamos cosas tan difíciles como decir no a una situación (o a una persona) cuando nuestra intuición nos lo aconseja.
Podrías tomar notas de aquellos pensamientos intuitivos que te vengan, los sueños que tengas por la noche…
2. Ponte en contacto con otros
Adopte una postura abierta ante el mundo, acepta que no puedes tener el control ni el conocimiento de todo, pues en ocasiones el azar, lo imprevisto, puede dominarte.
Tienes que aprender a dejarte llevar por tu entorno, no a dominarlo, librarte de la dictadura de tu propia mente. Y de este modo, cuando entres en contacto con alguien, en una charla por ejemplo, tomando un café, presta toda tu atención a esa persona, y aprenderás a mirarla bajo un nuevo prisma, una nueva luz.
3. Entrena tu percepción
Relaja el ritmo de vida, pues las prisas y el estrés te hacen no prestar atención a aquello que te rodea, a los detalles que llenan tu día a día. Centrar tu interés en el exterior ayuda a calmar tu mente y dejar las preocupaciones en un segundo plano, justo para en el momento en el que realmente sea necesario. Ve más allá de tus ojos, no te centres en el sentido de la vista que suele ser el centrar. En definitiva, abre nuevas perspectivas sobre tu entorno.
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