Mandrágora: la alquimia de la planta homúnculo

Hay muchas plantas y flores vinculadas a la magia, la hechicería y la alquimia, y sin duda, una de las más destacadas es la mandrágora. La  mandrágora es una hierba perenne típica del Mediterráneo, que pertenece a la familia Solanaceae. Hablamos de una planta que está rodeada por numerosas leyendas, y a la que muchos han asignado a lo largo de los siglos virtudes mágicas y extraordinarias, pues le atribuían poderes especiales, ya sea como talismán, como ingrediente de pociones o para conseguir perversos fines dentro de la magia negra.

Los persas y los egipcios ya usaban la mandrágora con fines medicinales,  y trozos de su peculiar raíz se han encontrado en cámaras reales funerarias. Además, se habla de ella en textos antiquísimos, como en el papiro Ebbers, fechado entre 17000 y 16000 años antes de nuestra era. Igualmente, es mencionada en el Antiguo Testamento de la Biblia, ya que Raquel, la esposa de Jacob (luego conocido como Israel) hace un trueque con mandrágora en un momento dado (Gé 30:14, 15.)

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La razón no se menciona de manera explícita en las santas escrituras, pero  es posible que la mujer quisiera utilizar las hierbas para combatir su esterilidad,  ya que recordemos que de los doce hijos de Israel, solo los dos últimos, José y Benjamín, fueron de Raquel, su amada esposa; el resto fueron concebidos con su cuñada Lea o con algunas de sus criadas. Además, en el Cantar de los Cantares de la Biblia, se decía que  el aroma de la mandrágora es dulce y fresco como el de la manzana.

¿Por qué se considera mágica la mandrágora?

Una de las razones por la que desde la antigüedad se ha considerado la mandrágora como una planta mágica vinculada a la alquimia es  la forma de sus raíces, que recuerda vagamente a una persona humana,  o a un homúnculo, que es el nombre que recibe en la hechicería (y en la ciencia ficción) los seres humanos de pequeño tamaño que se crean de manera artificial.

A lo largo de los años, la mitología alrededor de la mandrágora se ha hecho más fuerte, y así, en el folclore más misterioso sigue valorándose como la más poderosa de todas las hierbas mágicas, así como una de las más peligrosas. Extraer la raíz de la mandrágora, esa que sería un homúnculo, se consideraba una tarea harto difícil, y requería un ritual que consistía en hacer un círculo mágico alrededor de la planta sobre el que había que bailar y hasta decir palabras sucias; solo así, el mago podría dominar a la mandrágora.

La magia de la raíz de mandrágora

Durante la Edad Media, se decía que el alquimista recolector de plantas tenía que limpiar la raíz, unirla a un perro con una cuerda y atraer al animal para que la arrancase, pues  se corría el riesgo de morir de desraizar la planta uno mismo.

Seguro que muchos conocerán la mandrágora por la saga literaria y cinematográfica de ‘Harry Potter’, en la que por cierto hay referencias al fantasma del alquimista Nicolas Flamel, que existió realmente; en estas obras queda reflejado el mito de que la mandrágora tiene un poder tan divino que cuando se extrae del suelo emite un grito insostenible,  similar a la agonía de una bestia.

De todas las mandrágoras,  las más codiciadas eran aquellas que se criaban a los pies de una horca; según los alquimistas, estas habrían sido fertilizadas con esperma del ahorcado (el cual salía en las últimas convulsiones de la muerte), y por este mismo motivo, otorgaban una vitalidad adicional. El homúnculo de su raíz se ha relacionado en muchas ocasiones con un genio, o una persona anciana y sabia de pequeño tamaño, y esta sería la razón por la que también se le ha atribuido virtudes adivinatorias. En ocasiones, había personas que alimentaban al homúnculo con sangre como método de incrementar su poder.

La raíz de mandrágora como potente talismán

Como hemos explicado anteriormente, la raíz de la mandrágora, esa que tiene aspecto de pequeño hombre plantado (u homúnculo), fue empleada además de en hechizos como un talismán que daba a su dueño una espectacular prosperidad, una abundancia de bienes así como fecundidad (lo que entronca con el pasaje bíblico de Raquel). Para ello, había que lavar la raíz, macerarla y madurarla.

El uso de la mandrágora en la brujería

La mandrágora se encontraba a menudo en la composición de los ungüentos utilizados por las brujas, y sin duda, el más extendido es que untaban su cuerpo con una crema de esta planta antes de volar por el aire durante la noche; también podían embadurnar una escoba con el ungüento, y con la misma ir volando por los aires. Esa capacidad de volar fue una de las razones por la que muchas brujas acabaron ajusticiadas, además de ser acusadas de realizar hechizos malignos y pactar con el diablo.

De hecho, los tratos con el maligno serían los que darían a las mismas ese don del que carecen el resto de los mortales. Dado el poder de la Iglesia y el miedo que gobernaba en el medievo al demonio, eran pocos los médicos o científicos humanistas que se atrevían a denunciar esas persecuciones y afirmar que el vuelo de las brujas era solo una ilusión como del consumo de drogas alucinógenas, entre las que se encontraba la mandrágora.

Otras propiedades mágicas de la mandrágora

Entre otras virtudes mágicas atribuidas a la mandrágora se puede apuntar la capacidad de la invisibilidad, la de multiplicar el dinero, atraer la suerte en el juego, y proteger de los robos, incendios y epidemias. Para obtener estos poderes, una forma fácil de trabajar con la mandrágora era crear perfumes o colonias con la misma; así, la fragancia nos envolverá, creando un aura a nuestro alrededor que nos otorgue todas estas virtudes. También se podían ungir velas.

¡Advertencia importante!

Atención: este artículo solo pretende recoger el lado esotérico de la mandrágora según la tradición, y toda la información relacionada con el uso en magia o medicina de la mandrágora y su raíz de aspecto homúnculo es solo informativa. La mandrágora es una planta tóxica y desde Horóscopo Mágico no se recomienda de ninguna manera su uso