'Dark', la serie de Netflix sobre viajes en el tiempo y física cuántica
La serie explora de una forma verosímil las posibilidades abiertas por los descubrimientos de la física cuántica
¿Es posible encontrar un portal hacia otra dimensión que permita hacer viajes en el tiempo? Y si es así, ¿sería posible conectar con nuestro otro yo en otra realidad? La ilusión del ser humano de superar las limitaciones espacio-temporales que lo atan al aquí y al ahora no ha dejado de crecer desde que científicos como Albert Einstein y Stephen Hawking abrieron la puerta a esta tentadora posibilidad.
En las últimas décadas, la ficción también ha utilizado todo el potencial de los viajes en el tiempo para dar cabida al mundo de la fantasía. En pleno apogeo de las series que miran con nostalgia a la época del auge de la ciencia ficción, la producción alemana Dark se presenta como una de las propuestas más firmes en ese campo.
Por cierto, todo ocurre un 5 de noviembre, un sutil, pero evidente guiño, a la película ‘Regreso al futuro’ que llevó este tema a la ficción en 1985.
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‘Dark’, un thriller adictivo con agujeros de gusano
En los últimos años ha arrasado en Netflix la serie estadounidense Stranger Things, un homenaje al Hollywood de los ochenta que incluye fuerzas sobrenaturales, laboratorios secretos, experimentos gubernamentales, poderes telekinésicos y hechos paranormales que reconstruyen aquella añorada época del ciberpunk.
El punto de partida de Dark es exactamente el mismo: la desaparición de un adolescente en extrañas circunstancias. Sin embargo, a lo largo de los capítulos advertimos que, mientras que Stranger Things no puede escapar a su dimensión estética con una clara vocación comercial, Dark se atreve a penetrar en las oscuras grutas de la cuántica.
Porque todo da un vuelco cuando el protagonista, Jonas, y su amigo Mikkel, se adentran en la oscura cueva que se encuentran mientras corren perdidos en el bosque. Los acontecimientos se precipitan entonces y, sin querer darnos cuenta, nos encontramos inmersos en una nueva realidad: ya no estamos en un thriller, sino ante algo mucho más maravilloso... y complejo.
La explicación la encontramos mucho más tarde, después de que la sucesión de incongruencias que acuden a nosotros haya cumplido su cometido con la pretendida intención de jugar con nuestra mente.
Entonces descubrimos que el amigo de Jonas que desaparece al principio, Mikkel, no es otro que el niño que en el pasado fue su padre, Michael, que se había suicidado en la primera escena de la serie. Jonas descubre, gracias a un misterioso personaje que le guía, un portal escondido en la cueva que permite viajar en el tiempo, a 1986 y a 1953.
Más tarde sabemos que ese misterioso personaje no es otro que el Jonas del futuro. Pues bien, ese personaje mantiene una conversación con un relojero que en 1953 había elaborado una interesante teoría acerca del espacio cíclico y los viajes en el tiempo.
DARK Tráiler Español (Serie Misterio de Netflix - 2017)
La teoría de ‘Dark’ sobre los viajes en el tiempo
El relojero H. G. Tannhaus escribió un libro que, bajo el título ‘Un viaje a través del tiempo’, especulaba sobre el ciclo lunar-solar en el que todo se repite cada 33 años. 33: un número que se repite en los grandes acontecimientos de la historia, y que coincide con los saltos en el tiempo ocurridos en el pequeño pueblo de Widen: 1953, 1986, 2019.
En palabras del mismo profesor, es como estar eternamente en una larga habitación oscura y divisar una luz en el horizonte. El halo de luz debe continuar siempre en la misma dirección, no hay razón para pensar que puede trasladarse al lado opuesto de la habitación…
Pero el agujero de gusano cambia la topología del espacio-tiempo, lo dobla, y ya nada es de dónde procede. La pregunta, entonces, no es cómo, sino cuándo.
A petición de otro personaje importante, Klaudia, el relojero ideó una máquina para cerrar los portales que un siniestro cura con sombrero utiliza para matar niños y trasladarlos a través del tiempo. Sin embargo, el aparato no funciona, y cuando en uno de sus viajes Jonas olvida el teléfono móvil en su taller de 1953, el relojero da con la clave.
Las ondas electromagnéticas del teléfono alteran la carga de celsio del aparato y lo ponen en marcha, de la misma forma que la explosión nuclear de 1986 (con claras referencias a Chernobyl) había abierto un nuevo portal en el tiempo. Al final de la serie, Jonas utiliza la máquina de Tannhaus para abrir un agujero de gusano que conecta con el futuro: 2052.
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Ficción y realidad acerca de la cuántica
El fondo de la serie tiene una dimensión irreal que acompaña todo producto audiovisual de ficción, pero se aproxima con sorprendente rigurosidad a la vieja de teoría de científicos como Albert Einstein y Stephen Hawking, quienes rompieron con las perspectivas deterministas que ve la articulación del tiempo y el espacio en una dimensión plana y lineal.
Sin ir más lejos, el relojero explica que las ondas del teléfono móvil generan sobre la máquina del tiempo un campo de Higgs que incrementa la masa del celsio e implosiona en un agujero negro. Esto se basa en la teoría de Peter Higgs, la última gran revolución cuántica que parte de la consideración de un campo cuántico que abarcaría todo el universo.
La serie aborda otro debate interesante en torno a las posibilidades que abre la revolución cuántica: ¿Es posible cambiar el curso de los acontecimientos? El espectador se pregunta por qué Michael, el padre de Jonas, se suicida en vez de intentar evitar su propia desaparición. La respuesta es sencilla: descubrió que no podía cambiar el pasado.
Tannhaus ofrece una visión filosófica de la cuestión, pero muy interesante. Por una parte, expone la tentación de visitar el presente y el pasado para cambiar el curso de las cosas, lo que daría un propósito claro a la persona y un papel importante en su vida. Sin embargo, acaba asumiendo que los sueños cambian, y que su lugar y su momento es el aquí, y el ahora.
Todas estas cuestiones abren interrogantes muy interesantes que desvela el propio Jonas: ¿Existe un propósito en las cosas que suceden? ¿Es la causalidad, Dios, o somos nosotros mismos quien creamos la realidad? ¿O es esta una creación ‘ex novo’ en un ciclo eterno recurrente y nosotros no somos más que esclavos del espacio y el tiempo?
La conexión de ‘Dark’ con la teoría del yo cuántico
El científico francés Jean-Pierre Garnier-Malet nos liberó de esa frustración con una seductora teoría acerca de la posibilidad de conectar con nuestro yo cuántico mientras dormimos. A través de ella nos introducimos en dos teorías que avalan los acontecimientos de ‘Dark’.
1. Desdoblamiento del tiempo y yo cuántico
En una escena de la serie vemos que el personaje de la anciana Klaudia ha elaborado en la pared un complejo mapa de fotografías uniendo con hilos las fotos de los personajes principales cuando eran niños con las fotos en su edad adulta.
Es decir, se trata de una relación de pares cuánticos que, por otro lado, entran en contacto a lo largo de la serie.
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Desde el contacto del Jonas adulto con el Jonas, en la serie se suceden los contactos entre personajes del presente y sus homólogos del pasado, lo cual introduce una interesante cuestión: ¿Existe el yo cuántico? Y si existe, ¿podemos contactar con él?
Jean-Pierre Garnet revolucionó el debate científico con la teoría del desdoblamiento del tiempo, según la cual el tiempo tiene una doble dimensión, la consciente y limitada, y la inconsciente e ilimitada. Viajando a la dimensión inconsciente vivimos multitud de experiencias que luego trasladamos al tiempo consciente, mediante el contacto subconsciente con el yo cuántico.
Esta conexión se produciría en el estado más alterado de la consciencia, que suele ser la fase REM del sueño. Además, el propósito de esos viajes en el tiempo en el que conectamos con nuestro yo cuántico no sería otro, teóricamente, que el de anticipar los errores del presente.
2. Los agujeros negros: portales espacio-tiempo
La culminación del desarrollo argumental de la serie , en el último capítulo de la primera temporada, se manifiesta con la apertura de un agujero de gusano que transporta a Jonas hacia el futuro.
Los agujeros de gusano también se conocen como puente de Einstein-Rosen, y son un hipotético atajo en el espacio-tiempo descritos en las leyes de la relatividad como dos extremos conectados a una sola garganta por donde se filtra la materia.
Las hipótesis iniciales tomaron relevancia con el descubrimiento de los agujeros negros en el universo, que según el astrofísico Stephen Hawking demostraban el segundo principio de la termodinámica: la cantidad de entropía en el universo tiende a expandirse con el tiempo.
Es decir, los agujeros negros son agujeros de gusano que funcionan como portales espacio-tiempo. Ya hemos visto que en Dark la apertura de los portales se debe a la carga electromagnética que aumenta la masa de celsio e implosiona en un agujero de gusano por el cual un individuo puede viajar en el tiempo.
Aunque en Dark esa posibilidad está representada con los excesos comprensibles de la ficción, tal posibilidad no sería tan descabellada con los últimos hallazgos de un agujero negro que se mueve a tal velocidad que altera las coordenadas espacio-tiempo.
Puede parecernos, en todo caso, tan fantasioso como lo fue, siglos atrás, la idea de que la tierra es redonda.
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