Coral: significado, propiedades curativas y usos en gemoterapia
Descubre cuál es el origen del coral, qué usos mágicos se le atribuyen, y para qué Signos es más efectivo como talismán
Cuenta la leyenda que Perseo cortó la cabeza a Medusa la gorgona, aquella mujer monstruosa (a la vez que divina) que en lugar de hermosos cabellos tenía serpientes. De la sangre derramada por Medusa surgieron criaturas como Pegaso, pero cuando su sangre fue derramada sobre los mares de Grecia, las rojas gotas se convirtieron en coral.
Esta historia nos revela cómo ya hace miles de años este material ya era conocido, apreciado y asociado a los dioses. En el siguiente artículo analizaremos cuál es el origen real del coral, para qué usos de bienestar es recomendable, y para qué signos del zodiaco es un protector eficaz.
Coral: significado en gemología
El coral, cuyo nombre proviene del griego y significaba guijarro o piedra pequeña, es un animal invertebrado con aspecto de planta, y bajo esta denominación se incluyen distintos tipos de organismos. Así pues, no hablamos de un mineral sino de un material orgánico que se utiliza como piedra en joyería (para colgantes, pendientes, tiaras, entre otros) y también en gemoterapia.
Y es que el exoesqueleto de estos animales se agrupan en vida, y al morir forman ramificaciones, compuestas de carbonato de calcio y caroteno, que son sedimentos recolectados y depositados por los citados animales. Se presenta en una gran variedad de colores que incluye el rojo, el rosa, el naranja (conocido como coral mediterráneo) el azul, blanco, y tonos oscuros que van del púrpura al negro.
Se utiliza desde tiempos inmemoriales, y se han encontrado restos de coral en objetos de la Edad de Hierro tardía. Es una piedra sagrada entre los tibetanos así como para los indios, que lo consideraban una piedra sagrada que interpretaban como símbolo de la energía de la fuerza vital.
También fue una codiciada joya en el budismo japonés. A su ve, los romanos hacían que los niños llevaran collares de este material para protegerlos de lesiones. El coral crece en mares cálidos, a profundidades de 50 a 150 metros en el Mediterráneo, y hasta 500 metros en los mares orientales. En la actualidad, encontramos depósitos suyos en muchas partes del mundo: el mar Mediterráneo, Malasia, las Islas Canarias en España, Australia o Japón, por solo citar algunos enclaves.
Propiedades curativas del coral y sus usos en gemoterapia
Varias propiedades mágicas fueron asignadas al coral, aunque las mismas varían según la época y la cultura. Por ejemplo, en la Edad Media se decía que servía para evitar el asesinato y detener los sangrados, además de para preservar los malos espíritus y las tormentas.
También permitía eliminar los terrores de pánico y las pesadillas, para lo cual se recomendaba poner un poco de esta piedra mágica debajo de la almohada. Incluso se le atribuían, en la gemoterapia de entonces, la facilidad para salir los dientes y curar enfermedades oculares. En este sentido, se apunta al coral como un eficaz amuleto para curar el mal de ojo.
En la medicina tradicional China se le relaciona con un poder anticancerígeno, antiinflamatorio y antibiótico. Según los colores, también se le atribuyen funciones específicas; por ejemplo, el rojo poseería virtudes de tipo purificador y relacionadas con la vitalidad interna debido a que favorecería la circulación.
El blanco sería el que potenciaría la dentición, y el negro sería el que lucharía contra las energías negativas. Por su parte, el rosado promovería la fertilidad femenina. A las excelentes propiedades del coral en gemoterapia debemos señalar su uso en la actual medicina y en concreto, se usa en cirugía para la reconstrucción ósea.
¿Cómo limpiar el coral?
Las piedras mágicas necesitan soltar sus malas energías para que puedan prestarnos todo su poder. En el caso del coral, hay expertos que señalan que no tendría esa memoria para retener las malas vibraciones que absorbe.
Sin embargo, si crees que tu piedra mágica está cargada de ondas negativas, puedes depositarlo en una bolsa, preferiblemente hermética, y colocarla dos horas en el congelador. El frío permitirá que la estructura se encoja (aunque a la vista sea imperceptible) y que libere todo lo nocivo.
Una recomendación: si por alguna razón tu pieza de coral que empleas como talismán o amuleto se cae y se rompe, no intentes repararla. Lo ideal es que simplemente lo remplaces, y que el roto y todos sus fragmentos se arrojen al mar, de donde provino.
El coral y los Chakras
Muchas piedras mágicas tienen poder sobre los Chakras, y pese a no ser un mineral, como hemos explicado, resulta que el coral tiene afinidad con el primer chakra, el chakra raíz, el cual estimula y equilibra.
Este punto energético se localiza en la base de la columna, y ahí podemos dejarlo (en este caso, rojo), en contacto con la piel, durante unos minutos. También se le encuentra una fuerte conexión con el tercer chakra, el de la voluntad, el control y la coordinación, y que se localiza en el plexo solar, aunque para esto es óptimo el coral amarillo.
¿Para qué signos del Zodiaco es adecuado el coral?
Al igual que cualquier amuleto, cualquier persona, sin importar su signo del zodiaco, puede disfrutar del poder que otorga el coral. Sin embargo, sí que está especialmente relacionado con la energía de Piscis, Tauro, Escorpión y Libra.
Algunas curiosidades sobre el coral
Pese a que el coral es muy popular en la joyería, incluso en la decoración de hogares, existen algunas culturas que cree que es desafortunado llevar este y otros elementos marinos a la casa; sin embargo, para otras, es un símbolo de fortuna y suerte. Seguro que alguna vez has oído hablar de la Gran Barrera de Coral.
Se trata del arrecife más grande del mundo, y se extiende a lo largo de más de 2.000 kilómetros a lo largo de la costa del estado de Queensland. Aunque es un animal que todos conocemos gracias a los libros o a los documentales, lo cierto es que debemos esforzarnos en la protección tanto del coral como de los animales que viven en sus arrecifes. En la actualidad está muy amenazado por agentes como la contaminación y el calentamiento global.
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