Las brujas de Salem: la historia real de los juicios que inspiró películas y libros
Hasta 30 personas murieron en el lejano 1692
Cerca de Boston, en Massachusetts (en la Costa Este de Estados Unidos), en el lejano 1692 tuvo lugar un proceso terrible, que pasaría a la historia como las brujas de Salem (o los juicios de Salem). Muchas mujeres fueron acusadas de brujería, que en aquel momento era el peor de los pecados, y terminaron ajusticiadas en una caza de brujas sin precedentes.
Una historia real, la de las brujas de Salem, que muchos han conocido por la fuerte inspiración que ha servido para libros, obras de teatro, películas ¡y hasta para levantar museos de los juicios de Salem! Pero que resulta de lo más terrorífica, no porque se practicase la brujería, sino por el punto hasta el que puede llegar el ser humano dentro de su fanatismo religioso.
Brujas de Salem: Historia real
Todo comienza, como decimos, en Salem en 1692. Allí, una esclava negra traída del Caribe por el pastor Samuel Parris, de nombre Tituba, cuenta historias de vudú de su país a dos niñas, Elizabeth Parris, que contaba con 9 años y era hija del pastor, y la sobrina del mismo, Abigaël William de 11. También les predice el futuro, empleando espejos o huevos, contándoles con quiénes se casarían o qué profesión tendrían sus futuros maridos.
Las pequeñas adoran todas estas historias, pero el alto grado religioso de aquel entonces decía que predecir el futuro era un pecado y pensaron que estaban perdidas. Un tiempo más tarde, ambas entraron en trance y sufrieron convulsiones; aseguraron además que no podían rezar. ¿El diagnóstico médico? Que han sido hechizadas. Así arranca la historia real de las brujas de Salem.
Entonces, el pastor reza para sacar al Malvado, pero otras dos niñas tienen los mismos síntomas, Elizabeth Hubbard y Ann Putman; se piensa entonces que Satanás campa a sus anchas por la ciudad.
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Los juicios de Salem
La histeria colectiva tomó proporciones aterradoras. La gente comenzó a hablar de brujería, posesiones, fantasmas y espíritus. Para exculparse, las jóvenes se declararon embrujadas y denunciaron a los responsables de sus males. La primera de ellas, Tituba, la criada negra, pero no fue la única.
Posteriormente, acusan a dos odiadas ancianas de la comunidad: Sarah Good (una vagabunda que no iba a la iglesia) y Sarah Osborne. El 29 de febrero de 1692, las tres mujeres fueron arrestadas.
Para probar que eran realmente brujas, las chicas jóvenes simulan estar en trance y embrujadas durante los juicios. Sarah Good y Sarah Osborne niegan los cargos, pero Tituba, la más célebre quizá de las brujas de Salem, admite que el diablo fue a ella y le ofreció servirle. Pero el asunto se complica más cuando Tituba acusa a las otras dos mujeres de estar en contacto con el maligno, y señala que hay más vecinos.
El 7 de marzo, las tres son enviadas a la prisión de Boston para ser interrogadas. Como las crisis de las niñas siguen activas, el magistrado da la orden de encarcelar a todos los que perturban la mente de las jóvenes que empiezan a acusar también a gente de pueblos vecinos: Andover, Gloucester, Topsfield y otros.
Los juicios de Salem son pues una locura, en el que todos se proclaman inocentes, y otros empiezan a decir que en su casa entran animales malvados, o que ven a la anciana Sarah Good meterse en su cama por las noches.
El gran juicio comienza el 2 de junio de 1692, y muchas mujeres admiten estar con el diablo con la esperanza de tener la vida salvada, pero es inútil. El 10 de junio se produce la primera víctima: Bridget Bishop, de Salem, arrestada el 19 de abril. Murió ahorcada.
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Nombres de brujas reales en los juicios de Salem
En total, más de 150 personas fueron arrestadas en los juicios de Salem. En el año 1692, 31 personas (seis hombres entre ellos), fueron sentenciadas; tres murieron en la cárcel y 19 ahorcadas.
La controversia estaba servida pues había una gran ilegalidad en el tribunal que juzgó el caso: los acusados debían pagar por su continuo encarcelamiento, y los que podían permitírselo fueron absueltos. Otros, como Sarah Dustin, incapaz de sostenerse, murió en su celda en 1693.
En 1693 se examinaron los casos con más prudencia de 52 acusados, este año y de ellos tres fueron sentenciados y más tarde indultados. En mayo, el gobernador liberó a 150 personas y puso fin a la tragedia. El balance arrojó más de 200 detenidos de los cuales unos 30 fueron ejecutados.
Entonces se produjo la verdadera confesión: una de las dos chicas admite que ella había hecho todo aquello “por entretenimiento y que se había “divertido mucho”; un pasatiempo que terminó con mucha gente asesinada. Samuel Parris fue considerado entonces la causa principal de los trágicos eventos y se vio obligado a abandonar la comunidad religiosa.
En 1697, el jurado manifestó públicamente su pesar por la ligereza de los juicios de Salem, y en 1711 se pagó una indemnización de seiscientas libras a las familias afectadas.
No obstante, Martha Cory, John y Elizabeth Proctor, el Reverendo Georges Burroughs, Bridget Bishop. Sarah Good, Rebecca Nurse, Sarah Wilds, Suzannah Martin de Amesbury, Elizabeth Howe, Georges Burroughs de Wells, John Willard o Martha Carrier engrosaron los libros de juicios de Salem; desde entonces se vincula a todos ellos con nombres de brujas, las brujas reales de Salem.
Las brujas de Salem en la cultura popular
Este caso tuvo un gran impacto en la cultura popular, y su recuerdo permanece vivo. De hecho, el museo más visitado de la ciudad a día de hoy es el Museo de las Brujas de Salem, con aspecto de enorme edificio gótico y que contiene todos los elementos necesarios para la comprensión de los hechos de la época. El visitante está totalmente inmerso en los juicios, gracias a las reconstrucciones elaboradas con documentos históricos.
No podemos olvidar libros como ‘La bruja de Salem’ de Maryse Condé que recrea las memorias de la esclava Tituba, o ‘Las brujas de Salem’, la obra de teatro de Arthur Miller que sirvió precisamente para denunciar la caza de brujas que hubo en Estados Unidos, pues se señalaba a cualquiera que pudiera tener simpatía por el comunismo.
La obra se ha representado en infinidad de países e idiomas, y se ha llevado al cine con éxito en la década de los 90 bajo el nombre de ‘El Crisol’ / ‘The Crucible’, dirigida por Nicholas Hytner y protagonizada por Daniel Day-Lewis, Winona Ryder, Paul Scofield, Joan Allen y Bruce Davison, entre otros.
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